¡BIENVENIDOS!

¡BIENVENIDOS!
Esta es mi escuela

lunes, 7 de febrero de 2011

CUENTOS DE ALUMNOS



Hola, aquí presentamos algunos de los muchos cuentos que los alumnos escriben en la escuela. En esta ocasión leyeron algunas de las historietas de Memín Pinguín y tomaron algunos personajes para escribir. Esperamos les gusten. Se aceptan comentarios.

HABLANDO CLARO

Luis Ángel Zozaya

Un día Memín jugando con sus amigos en el parque, rompieron una ventana jugando béisbol, el hombre de la casa a la que habían roto la ventana salió enojado buscando a quien lo había hecho. Era un anciano de canas, con chaqueta amarilla y una gorra del mismo color.

Memín y sus amigos corrieron y corrieron pero Memín tropezó y el viejo lo alcanzó. Le preguntó si él había roto la ventana y el aunque había sido él, dijo que no y le echó la culpa a otro de sus amigos. Memín se sintió raro, extrañó algo nunca había sentido pues su amigo fue regañado y tuvo que pagar la ventana al pobre viejo.

Cuando llegó a su casa, su madre le había preparado su comida favorita, pero Memín sólo dijo “No tengo hambre” y se sentó en el sofá, suspiró un aliento profundo y extenso. Sus ojos medio abiertos y cara caída decían que tenía un remordimiento. Su mamá le preguntó: Memín ¿Qué te pasa, hijo?

El no contestó, su mamá le dijo: si algo te pasa, hijo, dime.Yo podría ayudarte, sólo cuéntame lo que te pasa.

Memín le contó a su mamá lo que había sucedido y que le había prometido no meterse en problemas. Su mamá le dijo “hay que hablar claro, hijo” hablando claro y con la verdad, ningún problema se vuelve más grande de lo que es.

Memín pensó en las palabras de su madre y fue directo con el viejo y le pidió una disculpa. Comprendió que había hecho mal y se sintió arrepentido. Se disculpó con su amigo, que al principio enojado, lo comprendió. Después Memín dijo: hablando claro y con la verdad se puede hacer todo, amigo.


LIMPIEZA DEL ALMA

Martín Alberto Durazo Cheno
Un día a Memín Pinguín le dijeron que le iban a hacer una limpieza del alma, entonces sus amigos le dijeron que le iban a abrir el corazón y Memín se asustó tanto que salió corriendo muy lejos hasta que llegó a la punta del pueblo y vio que venían los soldados, rápido se escondió y sus amigos lo agarraron y para hacerle daño lo metieron en una casa abandonada. Memín rápido salió corriendo por la puerta de atrás, sus amigos ya le habían cerrado la puerta. Sus amigos se pusieron de acuerdo para empezar a asustarlo, después de un rato se empezaron a escuchar ruidos. Memín estaba tirado en el piso asustado, empezó a ver visiones: veía señores vestidos de blanco y “fantasmas”, luego se empezó a obscurecer. Memín cada vez tenía más miedo y cuando menos pensó, se quedó dormido.

Al día siguiente agarró una tabla, quebró la ventana y se escapó y se fue con su “Má linda” llorando de tanto miedo que tenía. Le contó lo que había pasado y su mamá preocupada le dijo que no le iban a abrir el corazón, también que limpieza de alma significaba que iba a ser la primera comunión y que no tenía nada de malo, desde entonces empezó a acercarse más a la iglesia.


RUMBO A LA HACIENDA
Karina Ríos
El otro día estábamos sentados en la banqueta de mi casa, de repente llegó un cartero a entregarnos un sobre amarillo con muchas estampas. Mi mamá fue la primera que vio su contenido, ¡Ay, no! Si vieran los ojotes que puso, después lo vimos mi papá y yo y ¿Qué creen? Era una invitación para ir a un lugar muy grande con una casota. Mi papá dice que es una hacienda pero que se gasta mucho para tener una. La invitación dice que teníamos que estar ahí en dos días ¡Qué emoción!

Dos días después: vamos directo a la hacienda, pero mi papá está muy preocupado, el carro no funciona muy bien y le pude pasar algo. Yo lo veo bien y no tengo miedo.

Ya cuando íbamos a medio camino que se poncha una llanta “¡Chin!, dije y mi mamá se me quedó viendo. Es que nos quedamos sin otra llanta y nadie pasaba para ayudarnos. Se nos acabó el agua, teníamos mucha hambre, me desesperé y salí corriendo, pero me tropecé y me raspé. Como a las tres horas pasó un carro lleno de gallinas, nos dio raite y así, sedienta, raspada, cansada, hambrienta y llena de plumas de gallina llegamos a la famosa hacienda, que resultó ser un mugre pedacito de tierra con una casa de dos cuartos que casi se nos cae encima de lo vieja que estaba. Resulta que esa casa es de una tía que nos había invitado a pasar el día ahí pero no nos explicó que “La hacienda” era el nombre de ese lugar…


1 comentario:

COMPETENCIAS LINGUISTICAS dijo...

Muy buenos los cuentos, maestra, sobre todo muy didácticos para enseñar valores.

Felicidades